Dieta después de Navidad, ¿es buena idea?

Acabarán las navidades y con ello dejaremos atrás días de celebraciones, de reuniones con nuestros seres queridos y también de comidas especiales. Y en ocasiones con los nuevos propósitos, nos asalta una pregunta ¿Pensando en dieta?Con esto último, muchas personas deciden arrancar el año con el objetivo de hacer dieta. ¿Te sientes identificad@?

Existe la creencia generalizada de que durante las navidades se aumenta de peso y que para compensarlo debemos perder esos kilos “de más” poniéndonos a dieta. Pero… ¿Qué hay detrás de los métodos milagro que prometen resultados rápidos y satisfactorios? ¿Qué riesgos tienen para la salud? ¿Cómo pueden afectar a las personas con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA)?

En este artículo te invitamos a conocer los riesgos para la salud cuando se realiza una dieta y cómo afectan a las personas con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

Dietas, Dietas y más Dietas, ¿de verdad funcionan?

Casi 26 millones de resultados aparecen con un simple click cuando buscamos “dieta después de Navidad” en Internet. Infinidad de métodos, consejos y recomendaciones que, por lo general, no están pautadas por profesionales de la nutrición y que, lejos de velar por nuestra salud, contribuyen aún más a perpetuar conductas poco saludables.

La sociedad en la que vivimos se caracteriza por tener una mentalidad de dieta. Un modo de pensar y de vivir que se convierte en un estilo de vida basado en los “deberías”. Debería comer menos de esto o de lo otro, no debería comer esto pero lo deseo…¿A qué camino nos conduce esta mentalidad? El destino son conductas que etiquetan los alimentos como “buenos” y “malos”, que restringen a nuestro cuerpo
alimentos que nos aportan energía y nutrientes esenciales para su funcionamiento y, por otro lado, fomentan pensamientos y conductas que no permiten disfrutar de los alimentos como lo que son: alimentos.

Lo que más encontramos son planes de alimentación muy restrictivos, que reducen el aporte energético limitando el consumo principalmente de grasas e hidratos de carbono, y aumentando el consumo de frutas y verduras. Al tratarse de pautas que no están adaptadas a las necesidades de cada persona, lo que se consigue es una alimentación insuficiente que no aporta la cantidad de nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

Dado que muchas de estas dietas, no son pautadas por profesionales de la nutrición y que , además, no contemplan las necesidades de cada persona, terminan alterando el estado de nutrición y la relación que tenemos con los alimentos.

Otra tendencia que se pone en auge en estas fechas es la dieta detox. Se basa en un alto consumo de agua, frutas y verduras (normalmente en forma de zumos o batidos) para ayudar a depurar el organismo después de los excesos.

Las dietas Detox

Sin embargo, con las dietas detox, la evidencia científica no apoya esta teoría, puesto que son los riñones y el hígado los encargados de filtrar y eliminar las toxinas y no existen alimentos que tengan esta función. Lo que sí se consigue es una falta de nutrientes como son las proteínas y las grasas esenciales, generando un gran desequilibrio nutricional.

También abunda la publicidad de productos adelgazantes, sustitutivos, supresores del hambre, diuréticos y muchos otros, vendidos como una “ayuda extra” para perder peso más rápidamente. La realidad es que tampoco existen alimentos ni productos que ayuden a bajar de peso por sí mismos, y mucho menos si no se acompaña de una alimentación saludable y nutritiva como ocurre en la mayoría de los casos. Además, estas marcas suelen contar con muchos influencers para anunciarse (a veces de forma poco ética) por redes sociales y llegar así a más gente.

¿Qué riesgos tienen las dietas para la salud?

La tendencia detrás de las dietas es la búsqueda por “limpiar”, “compensar”, “eliminar” aquello que se considera que no fue “saludable”. Independientemente del tipo de dieta que se realice, lo que se vende es un efecto rápido, milagroso y que no implica la educación para crear nuevos hábitos.

Las dietas muy restrictivas pueden tener consecuencias negativas para la salud a todos los niveles. Promueven una alimentación desequilibrada y poco nutritiva, lo que conduce a carencias y déficits importantes de nutrientes.

La realidad es que, las dietas al restringir nutrientes y energía que el cuerpo necesita, conducen a alteraciones como:

  • La falta de energía y concentración.
  • Pérdida de masa muscular.
  • Irritabilidad constante.
  • Cambios en las sensaciones de hambre y saciedad.
  • Cambios importantes en la salud mental.

Además de la restricción física, las dietas se asocian a una restricción mental. Cuando se cree que hay alimentos “permitidos” y  prohibidos” y, por lo tanto, se restringe la posibilidad de consumirlos, el cerebro termina deseándolos aún más.

La aparición de pensamientos obsesivos en torno a estos alimentos y conductas como el esconder a escondidas o “comer si después se hace dieta” se asocia a un constante ciclo de culpa, frustración y autoexigencia.

Si las conductas restrictivas persisten, este tipo de pensamientos junto con la aparición de la ansiedad y/o otras emociones, terminan  afectando el estado de ánimo por lo que, en estos casos, es muy importante buscar ayuda de un profesional.

Pero estas dietas también afectan en gran medida a la salud mental de las personas. El aumento de la sensación de hambre, el pensamiento de prohibirse alimentos y no poder comer libremente, la culpa cuando se come algo “que no toca”… generan en la persona mucho malestar, frustración y altos niveles de ansiedad, lo cual puede afectar significativamente al estado de ánimo.

En estos casos, la mejor opción sería recurrir a un profesional de la psicología que pueda ayudar gestionar todo esto.

Las dietas y los Trastornos de Conducta Alimentaria

¿Cómo se vive todo el tema de dietas en el contexto de los TCA?

En el caso de personas que padecen un TCA, los riesgos que tienen las dietas se multiplican y las consecuencias negativas en la salud se agravan.

Por un lado, ayudan a perpetuar mitos y creencias erróneas que refuerzan los pensamientos negativos sobre la comida y el cuerpo, de manera que la persona cada vez siente más culpa, disminuye su estado de ánimo y su autoestima y aumentan sus niveles de ansiedad.

Por otro lado, también potencian conductas restrictivas y de compensación como saltarse comidas, reducir excesivamente las cantidades de comida, compensar haciendo mucho ejercicio o con productos diuréticos o laxantes, prohibir grupos de alimentos… lo cual favorece el mantenimiento del TCA e interfiere en una correcta recuperación.

El hecho de hacer una dieta, fomenta la clasificación de alimentos en “buenos o malos” y/o “sanos o no sanos”, mantiene los pensamientos obsesivos y las connotaciones negativas asociados al consumo de alimentos o ingestas.

Por lo tanto, las dietas terminan siendo un factor mantenedor del TCA. El hacer una dieta en este contexto, termina impactando en estado nutricional, la salud física, mental y social de la persona.

Diferencia entre dieta y construcción de hábitos

Y entonces, ¿Qué se tiene que hacer cuando se busca mejorar la alimentación?

De primera instancia, consultar a un profesional y, por otro lado, ser consciente que el cambiar la alimentación para recuperar, mantener y/o mejorar la salud física, mental y social, requiere tiempo, de educación alimentaria basada en el “ aprender para desaprender” y, por último, es recomendable que la meta sea una alimentación diversa, flexible y libre…libre de etiquetas, adjetivos o connotaciones.

Una alimentación que permita el buen funcionamiento del cuerpo, de la mente y de la persona dentro de una sociedad. Y , por último, que la alimentación sea capaz de adaptarse a la vida y no al revés.

¿Cómo cuidarse después de las Navidades?

Si lo que deseamos es cuidarnos después de las fiestas, es importante recordar es que los platos navideños tienen cabida en una  alimentación saludable. Aquellos alimentos que fueron consumidos le aportaron al cuerpo nutrientes y energía para su funcionamiento y salud, funcionaron como una vía para conectar con nuestros seres queridos y para disfrutar del momento.

Por otro lado, si lo que se desea es cuidar la alimentación para tener salud en todas sus áreas, recordemos consultar a un profesional que aporte conocimiento y herramientas para crear hábitos alimentarios que sean sostenibles a lo largo de toda la vida y que sean compatibles con el bienestar físico, mental y social.

Las dietas muy estrictas prometen resultados eficientes en poco tiempo, y puede ser que ese objetivo se cumpla a corto plazo, pero es prácticamente imposible mantenerlo en el tiempo.

Este artículo ha sido escrito originalmente por Nuria Esteves y actualizado por Mariana Sánchez, ambas forman parte del equipo especializado de nuestra Clínica.

Nuria Esteves
¡Síguenos!
Últimas entradas de Nuria Esteves (ver todo)