Acompañamiento nutricional en atención para afirmación de género
Las personas transgénero y de género diverso (TGD) viven frecuentemente retos relacionados a presiones sociales, imagen corporal y los cambios físicos y psicológicos relacionados a su transición. Estos desafíos pueden contribuir al desarrollo de enfermedades mentales, tal y como los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).
En el artículo de hoy, nos centraremos en los factores de riesgo y barreras que tienen las personas TGD y en el rol que tiene el acompañamiento nutricional dentro de la atención para la afirmación de género.
Contenidos
¿Qué es la identidad TGD?
El término transgénero y de género diverso (TGD) se utiliza como un término “paraguas” para describir a las personas que tienen una identidad de género que es diferente a la asignada al nacimiento.
Es importante considerar que el género es un constructo complejo y multifacético que se extiende más allá del género binario (femenino y masculino) o de la asunción que solo dos géneros existen.
De igual manera, puede estar completamente separada de la expresión de género, la apariencia externa o la presentación de género que otros interpretan acorde a sus normas de género.
Comprendiendo la Atención para la Afirmación de Género
Incluye una variedad de servicios que apoyan a las personas para alinear su salud física y mental con su identidad de género. Puede incluir intervenciones quirúrgicas, terapias hormonales, bloqueadores hormonales para la supresión puberal, así como modificaciones en el estilo de vida y el apoyo psicológico (principalmente para atender la disforia de género: una marcada incongruencia entre el género que siente/expresa y el biológico determinado al nacer).
Desafortunadamente, las personas TGD tienden a sufrir discriminación cuando acceden a la atención médica y mental, no cubriendo sus necesidades. De igual manera, el acceso para los servicios se limita por geografía, economía, apoyo social y familiar, junto con largas listas de espera.
Además, presentan múltiples estresores sociales ya que son comunidades marginalizadas, afectando de manera considerable la autoestima, su regulación y la imagen corporal.
La presión por “encajar” detrás del control alimentario
Cuando una persona TGD es percibida como cisgénero (alguien cuya identidad de género corresponde con su sexo asignado al nacimiento) o no se sospecha como transgénero, se considera entonces que “encaja” o “pasa” de manera exitosa.
Aquellos que no “pasan” o cuya expresión se encuentra fuera del género binario son más susceptibles a la discriminación transfóbica, acoso y violencia.
La alteración en la conducta alimentaria se puede comprender como una estrategia para controlar el cuerpo con el objetivo de encajar o “pasar” para encontrar una sensación de seguridad (ya que el sentir que es imposible “pasar” genera ansiedad) ,así como alterar las características físicas y alinear la identidad de género con su cuerpo para mejorar la insatisfacción corporal.
Por otro lado, los estándares de belleza tan estrechos que describen la feminidad y la masculinidad impactan en la autocrítica corporal de los individuos TGD ya que se espera y esperan verse suficientemente “mujer”, “hombre” , “trans , o “no binario” (aquí se busca, en ocasiones, un aspecto andrógeno para evitar que se asuma cuál fue el sexo al nacimiento).
El rol de la consulta y acompañamiento nutricional
La consulta de nutrición, cuando es informada, resulta ser un componente para la atención con afirmación de género para pacientes con TCA ya que puede proveer un espacio seguro que respete y afirme la identidad de género para, con ello, abordar las necesidades nutricionales y contribuir a la mejoría de la salud.
Algunos puntos clave acerca de cómo la consulta nutricional puede ayudar:
Comprender y explicar los cambios corporales relacionados a la transición
En los pacientes transmasculinos, la administración de testosterona puede acompañarse de ganancia de peso y cambios en la composición corporal (incremento en la masa muscular y disminución de la grasa corporal) mientras que, en los pacientes transfemeninos, la terapia con estrógenos se asocia a un incremento en la grasa corporal y pérdida de masa muscular; cambios no relacionados a la alimentación y/o conductas enfermas.
La recuperación del peso como parte del tratamiento del TCA
Aunque es un sinónimo de mejoría del TCA, tiende a empeorar la disforia de género por los cambios no afirmativos (peso, composición corporal, mayor pecho, menstruación, entre otros… ).
Es muy importante validar la dificultad y enfatizar que en la consulta psicológica (recordando el tratamiento multidisciplinario como pilar) se encontrarán otras estrategias para abordar la disforia que no sean la alimentación y/o otras conductas compensatorias que mantienen el TCA.
Alteraciones bioquímicas en personas TGD
El tratamiento con testosterona tiende a generar aumento del colesterol LDL y disminución del colesterol HDL (cardioprotector), así como aumento en la hemoglobina, hematocrito y concentración de creatinina.
Así mismo, la administración de estrógenos disminuye el colesterol HDL, aumenta los triglicéridos y el colesterol LDL y puede alterar las cifras de tensión arterial. Estos factores, cuando se acompañan de otros, aumentan el riesgo de dislipidemias, enfermedades cardiovasculares, diabetes y trastornos óseos.
La atención nutricional con afirmación de género implica concientizar al paciente acerca de estas alteraciones y orientar, a partir de la educación alimentaria, cómo los cambios a nivel alimentario pueden mejorar determinados factores para disminuir el riesgo.
Por otro lado, es necesario trabajar las creencias asociadas ya que pueden ser un factor detonador y mantenedor de las restricciones alimentarias, afectando de manera considerable, la recuperación del TCA.
Requerimientos nutricionales y movimiento
La terapia hormonal tiende a afectar la densidad mineral ósea, especialmente, los fármacos bloqueadores de hormonas sexuales (utilizados en la pubertad). Por ello, es muy importante la educación alimentaria para el consumo de suficiente calcio, vitamina D y el movimiento que ejerza tensión en los huesos (ya que favorece la formación de las células constructoras de tejido óseo).
Construir una relación positiva con la alimentación
La orientación alimentaria permitirá reconstruir la visión de los alimentos como fuentes de nutrientes, experiencias, vida, cultura y disfrute y, alejarlos de las funciones de no afirmación del género, castigo, aliviador y/o generador de malestar. Esto ayudará a los pacientes validar el bienestar (mental, social y físico) y no sólo su apariencia.
¿Cómo incluir un ambiente inclusivo y empático en la consulta de nutrición?
Acompañamiento informado
Es importante la formación informada en trauma para comprender y abordar lo retos que presentan a nivel psicológico, físico y social, especialmente cuando se acompañan de un Trastorno de Conducta Alimentaria.
Utilizar lenguaje inclusivo en la consulta nutricional
Siempre es importante preguntarle al paciente qué palabras son afirmativas con su género y utilizar los nombres y/o pronombres con los que se sienta cómodo o bien, utilizar un lenguaje neutro.
Por otro lado, hay que informar con anticipación acerca de procedimientos como la toma de peso y generar un ambiente afirmativo para disminuir barreras e insatisfacciones.
Ajustar los indicadores de progreso
Todos los indicadores antropométricos de seguimiento nutricional (peso, percentiles, composición corporal) han sido creados para los individuos cisgénero y no son fácilmente adaptados a los pacientes TGD, especialmente para quienes suprimen la pubertad y tiene tratamientos hormonales.
Por esto es importante, utilizar como referencia la historia ponderal del paciente previo al TCA y/o transición, así como otros signos de malnutrición (ej.frecuencia cardiaca, tensión arterial y parámetros bioquímicos) y los cambios en la conducta alimentaria y/o compensatoria.
Hasta la fecha, no existen guías de práctica clínica para el tratamiento de los TCA en personas TGD y, por otro lado, se ha estudiado únicamente el comportamiento alimentario restrictivo en estos individuos cuando existen diversas alteraciones en la conducta alimentaria.
Integrar un acompañamiento nutricional inclusivo y compasivo garantiza a las personas TGD el ser vistas y disminuye el riesgo de invalidar y/o re traumatizar ya que son factores que empeoran la sintomatología psicológica y alimentaria y, por ende, el estado nutricional.
La educación alimentaria permite orientar para que la alimentación sea suficiente nutricionalmente hablando, disminuya
factores de riesgo si existe un tratamiento hormonal y favorece la construcción de hábitos inclusivos, compasivos y sostenibles para la recuperación del TCA y bienestar general.
- Acompañamiento nutricional en atención para afirmación de género - 18 marzo, 2025
- Alteraciones digestivas en los TCA - 3 julio, 2024