Actividad Física, Deporte y Trastornos Alimentarios

Dentro del tratamiento personalizado de los Trastornos Alimentarios tenemos que valorar la práctica de Actividad física antes y durante el tratamiento de TCA ya que puede no recomendarse durante un tiempo dada la situación física o psicológica del paciente o mantenerse si la actividad física es una herramienta beneficiosa dentro del tratamiento.

Cuando NO se recomienda hacer deporte con un Trastorno Alimentario (TCA)

La actividad física es una conducta compensatoria usual en Trastorno Alimentario . Al hacer actividad física, se activa un circuito de recompensa para la parte enferma. Por eso, al inicio del tratamiento de TCA lo más habitual es retirarlo, ya que, si seguimos realizándolo sin hacer un trabajo de para qué, mantenemos la compensación.

Desde la restricción el ejercicio puede suponer un gasto superior que en ciertos puntos del tratamiento del trastorno alimentario que no se puede asumir ya que, necesitamos los nutrientes para que el cuerpo vuelva a funcionar eficientemente y se pueda trabajar a nivel psicológico.

Si no hago deporte, no necesito comer tanto

Esta es la lógica del Trastorno Alimentario, sin embargo, hay muchas funciones vitales para las cuales comemos como respirar, procesos digestivos, control de la temperatura, etc.

Cuando haces deporte, necesitas comer más porque conlleva un gasto extra para nuestro organismo. Aunque no hagas deporte, tienes que comer suficiente: tu cuerpo lo necesita.

No hay que comer menos cuando no se hace deporte, si no, comer más cuando se hace, para que no suponga un riesgo para nuestra salud.
Pero cuales serian los RIESGOS de realizar actividad física en Trastorno Alimentario:

Riesgos de hacer deporte con un Trastorno Alimentario (TCA)

  • Pueden ser un impedimento para alcanzar un estado de salud física óptimo.
  • Afectan a la imagen corporal. La insatisfacción corporal es mayor entre pacientes practicantes de ejercicio.
  • Favorece la obsesión y en ocasiones con un patrón ritualista. Puede tornarse compulsivo, alejándolo por completo del carácter socializador y placentero que la actividad física suele tener en circunstancias normales. A partir de ese momento la actividad física se practica porque no puede dejar de practicarse, porque no hacerlo provoca más ansiedad. La actividad física controla al paciente y éste cada vez controla menos la actividad.
  • Insistencia en la necesidad de moverse, de hacer algo, experimentando ansiedad e irritabilidad cuando son frustradas las posibilidades de llevar a cabo la actividad. Es algo que vemos habitualmente en casos de anorexia donde no se recomienda actividad física.
  • Mantiene la enfermedad, se intenta conseguir reducir la ansiedad provocada por la comida con mecanismos patológicos (ejercicio físico compulsivo).

Podemos encontramos ante el punto contrario de la realización de actividad física compulsiva: EL RECHAZO, esto puede ocurrir por diferentes experiencias:

  • La asociación al castigo o control del cuerpo por la creencia irracional de que hay que sufrir en la actividad y si no, no nos estamos esforzando lo suficiente. El deporte esta concebido para esfuerzo y disfrute.
  • Mover el cuerpo conlleva poner la atención en él y puede dar lugar a incomodidad y malestar.
  • La falta de flexibilidad o de fuerza, la torpeza… suelen ser alarmas para el cuerpo, haciéndote pensar que el ejercicio no es para ti o que no sirves para ello. Todas esas aptitudes se consiguen entrenando y moviéndonos, es cuestión de trabajar la tolerancia a ella y saber que a medida que vayamos practicando mejoraremos en la práctica y objetivos.

¿Hago deporte porque sufro un Trastorno de Conducta Alimentaria?

¿Qué tengo que tener en cuenta para IDENTIFICAR la actividad física desde la enfermedad de conducta alimentaria?

  • Como forma de compensar las comidas que se realizan.
  • Sensación de improductividad si no realizo actividad física.
  • Si he comido algo por lo que me siento culpable, aumento la actividad planificada.
  • Mi motivación para hacer deporte es modificar o “mantener” mi cuerpo en una determinada forma o peso.
  • No puedo ver con claridad los riesgos físicos y psicológicos de seguir haciendo actividad física.

Tanto en el tratamiento de la actividad física compulsiva como en el rechazo por la misma, es importante que el paciente conozca los verdaderos BENEFICIOS de la actividad física desde la salud fisca y mental.

Beneficios de hacer deporte

  • Ayuda a dormir mejor.
  • Reduce los síntomas de ansiedad.
  • Reduce la presión arterial.
  • Reduce el riesgo de desarrollar demencia y depresión.
  • Reduce el riesgo de las enfermedades del corazón y la diabetes tipo 2.
  • Prevención de diferentes tipos de cáncer.
  • Mejora la salud de los huesos.
  • Reduce el riesgo de caídas al tener mayor equilibrio y coordinación.
  • Reduce la inflamación del organismo.
  • Mejora el estreñimiento.

El trabajo terapéutico en TCA se basa en negociar unos OBJETIVOS individuales tratando de incorporar la actividad física sana (empezando por la cotidiana y continuando por la programada) evitando relacionarla las ingestas alimentarias.

Se debe intentar incorporarla como actividad placentera y que mejore nuestro estado de animo y ansiedad.

La práctica de la actividad física es recomendable siempre que su utilización no sea con objetivos que empeoren nuestro estado físico y psicológico.

Si crees que puedes estar sufriendo un TCA o conoces algún familiar o ser querido que se encuentre en esta situación, te animamos a contactar con nosotros.

Mª Ángeles Ruíz
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