Relación entre TEA y Trastornos de Conducta Alimentaria

En el post de hoy os hablaremos sobre la Neurodivergencia y los TCA, concretamente su relación con el Trastorno por Espectro Autista (TEA).

¿Qué es la Neurodivergencia?

La neurodivergencia se refiere a ciertos trastornos del neurodesarrollo que afectan a la adquisición, retención o aplicación de habilidades.

Existe un abanico de alteraciones, que se pueden dar en mayor o menos medida en función de la persona: memoria, percepción, lenguaje, resolución de problemas, interacción social… Además, es un concepto que abarca la diversidad en el funcionamiento cerebral y comportamiento de las personas.

Estos trastornos son: el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el Trastorno Específico del Aprendizaje, la Discapacidad intelectual y el Síndrome de Rett.

¿Qué características de la neurodivergencia pueden influir en el TCA?

  • Dificultad en la regulación emocional e impulsividad.
  • Rigidez al seguir restricciones alimentarias.
  • Seguimiento obsesivo y compulsivo de reglas alimentarias.
  • Hipersensibilidad a la crítica social, debido a una historia de rechazo al sentir que no encajan o son diferentes. Por ejemplo, en ocasiones, pierden peso sin quererlo y reciben un refuerzo social, que puede acabar en un TCA si es lo que les ha hecho encajar.
  • Dificultad y/o desconexión de las señales de hambre y saciedad, de las emociones y del estrés, debido a la alteración del sistema interoceptivo.
  • Medicación que influye en el apetito (en el caso del TDAH, la medicación habitual disminuye el apetito; en el caso del TEA, la medicación puede tener náuseas como efecto secundario).
  • Uso de la comida como estimulación. En la neurodivergencia es común el stimming; esto es, una conducta autoestimulante, generalmente con movimientos o sonidos repetitivos, que tiene el objetivo de regularse. A veces, comer puede ser un stimming y una forma de regularse o de obtener estímulos frente al aburrimiento.

La Conducta Alimentaria y el Trastorno de Espectro Autista

Cuando nos encontramos en nuestra Clínica especializada en Trastornos de Conducta Alimentaria en Valencia y atendemos a pacientes con Trastorno del Espectro Autista (TEA), nos enfrentamos a las siguientes dificultades:

  • La comunicación verbal y no verbal en las interacciones sociales.
  • Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones.
  • La existencia de patrones restrictivos y repetitivos de comportamientos, intereses o actividades.
  • La hiper / hipo reactividad frente a estímulos sensoriales o interés inhabitual por aspectos sensoriales del entorno. Puede estar alterado en diferentes formas: los 5 sentidos, sistema propioceptivo (músculo, tendones, articulaciones…), sistema vestibular (equilibrio) o sistema interoceptivo (reconocimiento señales internas).

En la conducta alimentaria esto se ve reflejado en que, si la alimentación es uno de sus intereses restringidos, pueden empezar a leer mucho sobre ella y, a partir de esa información, crear sus propias normas, sobredimensionando, en general, el efecto de la alimentación “esto es buenísimo” o “esto es malísimo”.

Otra de las circunstancias que se dan en una persona con TEA es la alteración en el procesamiento de estímulos sensoriales (lo que llamamos desintegración sensorial). Esto hace que amen u odien ciertas texturas, presentaciones, preparaciones o temperaturas. Por este motivo, en ocasiones ocurre que el TCA viene después de una restricción alimentaria sensorial.

La persona con TEA suele tener rituales y deberemos valorar si son una conducta de riesgo o no; por ejemplo, si un ritual de horario es que siempre tienen que comer a las 15h y si son las 15:15h ya no comen, habrá que trabajar la flexibilidad con la persona y exponer los riesgos de esto. Puede haber otros rituales como, por ejemplo, masticar lento que venga del TCA y los mitos sobre la digestión; por eso es muy importante explorarlo junto con la persona.

Además, la alteración en el sistema interoceptivo puede dificultar que identifiquen las sensaciones corporales que producen ciertas emociones, el hambre, la saciedad o la sed. En el caso de que no sientan el hambre, desde el TCA pueden vivirlo, por un lado, como que están comiendo por encima de sus necesidades o que no sería necesario comer tanto. Y, por otro lado, puede que lo sientan cuando ya tienen un hambre muy elevada y eso sea un desencadenante de descontroles.

Estrategias en el tratamiento del TCA para una persona con TEA

  • Proponer diferentes formas de comunicación en la consulta, no solo por comunicación oral si no también dibujos, esquemas, objetos que representen lo que queremos trabajar… podemos preguntar a la persona cómo se siente más cómoda comunicándose.
  • Mantener su estructura para darle seguridad, a la vez que promovemos la flexibilidad de horarios y pensamos alternativas en caso de romper con los rituales.
  • En una fase avanzada del tratamiento nutricional, puede ser de utilidad llevar un registro de las señales de hambre, saciedad e hidratación, para que la persona aprenda a identificarlas, teniendo en cuenta que probablemente les sea algo complicado.
  • Aportar alternativas de presentación de alimentos en función de la desintegración sensorial (ej: ante la desintegración sensorial por la textura de las verduras, plantear una crema de verduras). Va a ser importante que, de los alimentos ansiógenos o que más miedo le dan, busquemos opciones que a nivel sensorial pueda tolerar para que se exponga a ellos y no haya una acomodación del síntoma.
  • Si hay mucha dificultad sensorial, se puede valorar la suplementación durante la transición a una alimentación suficiente para evitar una desnutrición mayor

De esta forma, como en todos los casos, tenemos en cuenta la individualidad de persona a la hora de proponernos objetivos, siempre poniendo el foco en su salud y bienestar integral. ¡Esperemos que os haya sido útil esta información!

Andrea Alonso